jueves, 9 de noviembre de 2017

Aguas y tiempo

          Ese tiempo que fluye y domina los ángulos, las aristas, las esquinas; que escarnece y escuece pero acaba por aliviar las heridas. El tiempo de los vivos, tal vez de los muertos.

Agua que juega

           El momento que quiero capturar, el sentimiento que huye. No me duele la vejez, me duelen las aguas que no vuelven, la obcecación de nadar contra corriente. "Déjate llevar", me digo, pero no me dejo, siempre ansío saber adónde voy, desconfío de las horas y sus sumideros. Tiempo, agua... De ahí el título de mi libro, "El mar y los siglos"; de ahí mi principal dificultad con la novela: siempre sospecho que me moriré antes de acabarla, aunque luego pula cada uno de mis relatos como si me aguardaran centurias de vida, miles de lunas, un millón de lectores.

Agua humilde


            Fotografío lo que me rodea y compruebo que lo que me rodea está dentro de mí, que todo testimonio es subjetivo, que imagen y palabra y dedos y corazón caminan a la vez y que así debe ser si quiero gozar de mi juego. Porque, aun tímida, como juego me tomo los actos públicos en que participo; no digo broma sino juego y ya sabemos que para los niños nada es más serio que jugar.              Así de seriamente me tomaré las presentaciones de "El mar y los siglos" esta semana próxima: el 15 de noviembre en Guadix, el 18 en Graena. Catedral, cerros, aguas calientes. 


                Un plan perfecto.
Agua fanfarrona




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