No soy la única, ni la primera, que se interna en los bosques del pensamiento.
Persigo a un pájaro que vuela de un árbol a otro; corriendo tras él me pierdo y al mirar hacia arriba distingo mis recuerdos enganchados en las ramas: cuelgan como esos líquenes que llaman "barbas de fraile" y entre la fronda de mechones verdosos distingo un fruto de oro y un gancho sangrante.
Tú y yo sabemos por qué nació ese fruto semejante al de las Hespérides; alguien, que también me amó, sabe la razón de mi sangre en el hierro; pero ya no me importa lo ocurrido, ni qué fui o qué hiciste; me propongo llegar al claro del bosque y allí, perdida la memoria, alcanzar la paz.
Camino y me agoto, no consigo vaciar la mente, no dejo de imaginar: sueño con un árbol inmenso y viejo a cuya sombra reposan los derrotados, sanan los ignorantes y por cuyo tronco, jugando, suben los niños.
Un árbol cargado de frutos rojos que satisfacen el hambre de amor y la sed de justicia.
Cambiante y húmedo, rico en susurros, múltiple en colores, afectuoso con los pájaros.
Porque no soy creyente, así imagino la forma de Dios.
La serie fotográfica, elegida por libre -caprichosa, irracional- asociación
Mi forma de Dios es la de una vía láctea.
ResponderEliminarBesos
Tampoco está mal. Un camino de luces, en la oscuridad... Da para pensar e imaginar. Besos.
EliminarBonito relato:
ResponderEliminarUna esperanza de buen desenlace final tras los afanes y anhelos que pusimos en acción, con un buen propósito, en el pasado...
Pusimos la fe: Todavía esperamos que alguien nos recompense sólo por su caridad...
La Existencia será eso: "Actuar con deseo sincero y esperar un consuelo y aceptación ajenos -el azar natural, los demás, ó la Providencia...-; sólo por haberlo intentado,a pesar del supuesto fracaso, que innecesariamente sea una derrota..."
Con el Arte seguimos imaginando aquello a lo que aspiramos...
Agradables fotos tuyas de los árboles y de la arquitectura , que desean crecer hacia el Cielo...
Imaginar a Dios es una forma de búsqueda. A veces nos aporta alivio, a veces angustia, otras simplemente nos abre un camino que ayuda a entendernos y a vivir.
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