sábado, 18 de marzo de 2023

Día de... la Poesía

 

Se multiplican los “días de”: el “Día Internacional de la Paz”, “de la Felicidad”, “de los Bosques”, “de la Mujer y la Niña en la Ciencia”... Ni caso, me desentiendo de ellos; quizá porque aun perteneciendo a una familia no creyente, me crié entre santos y fiestas de guardar, bajo el régimen del nacional catolicismo; quizá porque en cada celebración de importancia nos caían los sermones con su empachosa dosis de adoctrinamiento; quizá porque desde muy niña comprendí que, con respecto a la justicia, cultura y armonía social, importan más los hechos que las palabras... Por una causa u otra, contemplo la sucesión de días “dedicados a” como un santoral laico, diferente, sí, pero de vocación igualmente ideológica y apremiante. Claro que nadie me obliga a celebrarlos y es lo que hago: prescindir de santidades y alimentar el fuego sagrado a mi manera.

Si fuera coherente con todo lo anterior, el 21 de marzo no celebraría el Día Mundial de la Poesía; sin embargo, me alegro de que cuenten conmigo, de contactar con colegas, amigos y conocidos; me apetece leer en voz alta alguno de mis poemas y que alguien lo escuche. Así soy, así somos, contradictorios; a veces, felizmente contradictorios.

No sé definir la poesía, ni la que tejo con palabras, ni la que modelo con formas visuales. Comunico la primera con libros, lecturas, recitales. La segunda con alguna exposición física y este blog, entre otros medios virtuales.

Han pasado ya meses, tal vez un año, desde que envié tres obras al Museo Mínimo Itinerante de Poesía Visual, y me encanta lo de “mínimo” y lo de “itinerante”, suena a hormiguita afanosa que transporta el pétalo donde dibujó un poema. Entonces, cuando Manel Antolí y Myriam Mercader Varela me invitaron a la participación, andaba yo en piezas llenas de colores y torsiones, barrocas, muy elaboradas. Ahora, en cambio, me apetece la sobriedad, la gama de grises sostenida en los extremos del blanco y el negro, las formas realistas de fotografías sin alterar. Con la significativa presencia del hallazgo escrito; es decir, esas palabras, letras y números que abundan en entornos humanos, informando y matizando espacios y huellas.

Invito a leer, observar y encontrar poesía, en cualquier momento, en cualquier fecha. Y os muestro unas cuantas obras, las tres que participan en el MMIPV y las más actuales, aún inéditas.

PRESAGIO (MMIPV)

LA FAMILIA MOORE DESCANSA BAJO EL CIELO DE NUEVA YORK (MMIPV)



SUEÑA LA ARAÑA (MMIPV)

 

ACORDONADA

 

TU SILENCIO

PARA VENDER WHISKY

AL CONTRARIO

LA INVASIÓN DEL POLLO FRITO

CARNE

MIRAR PARA OTRO LADO

IDENTIDAD 


DOMINIO





6 comentarios:

  1. Inmaculada Nogueras Montiel19 de marzo de 2023, 12:10

    Tus palabras se hunden en en pensamiento y quedan ahí, cociendo a fuego lento, como aguja punzante que va derecha al mismo centro de la búsqueda. Siempre pensé que cada cual escudriña a su manera para terminar llegando a la misma conclusión: La búsqueda es en sí misma una razón válida y fecunda. Enhorabuena por ese nuevo libro (que estoy deseando leer) y que la paz de tu retiro abunde la inspiración y el confort interno.

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    1. La búsqueda, la duda activa, llena la vida más que la certeza. O no, quizá quienes no dudan viven más tranquilos. En retiro o bullicio, he de seguir escribiendo y jugando.

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  2. Siempre serás la que cuenta bien lo que los demás también queremos decir.
    Te queremos.

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  3. Qué gran mérito conservar esa mirada a lo largo de los años y cuántas otras, la mayoría, han quedado cegadas por el devenir de los días cegadores.

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