lunes, 4 de septiembre de 2023

Reseña de "Ejemplares vivos a la luz de la luna", por Custodio Tejada (2)

 Reseña por Custodio Tejada en Todoliteratura (2ª parte)


La autora/protagonista escribe desde el principio pensando en el lector, al que introduce en el texto de una manera “espectral”, como un espejo más, y así podemos leer en la página 43: “Vaya, me doy cuenta de que acudo al lector en apelación expresa, ¿un truco para involucrarte a ti que lees mis peripecias? ¿Existes? ¿Diálogo con un lector inexistente en la esperanza de que algún día exista?...”. A la autora le gusta jugar, establecer una especie de yincana en la que el lector se sienta protagonista de su propio juego. También está presente el cine, como otro espejo más. Así hace referencia a “La dama de Shangai”, “Marcelino, pan y vino”, “Jhony Guitar”, “Planeta Prohibido”, “Como en un espejo”. “El cine, en sí, es un espejo: refleja la sociedad, sus pesadillas y deseos, su visión de la vida e invención de la Historia” –dice en la página 50. Dios y las religiones actúan como otros espejos más: “esa metáfora que hinduismo y budismo llaman Maya, la Ilusión” (p. 52). Una carrera de relevos parecen los distintos espejos. En sus renglones percibimos los rastros de las constelaciones familiares y de Freud: Refiriéndose a Hixam relata en la página 66 que “ríe como lo que es, un niño perverso a cualquier edad, enfermo de inmadurez crónica, caprichos insaciables, conciencia culpable y terror infantil. Así lo percibo en mi visión: así lo han hecho su propia madre y Almanzor”.

Es un viaje interior, pero también un retrato social o un retrato de época, donde toca distintos temas: la maternidad, la muerte, el viaje, el tiempo… Pero también es un viaje metaliterario y metapoético: “Frecuento a Borges y me crie con cuentos de todas clases” –confiesa en la pag 58, o, “los poemas pueden actuar como palabras mágicas, y probablemente lo son, pero tal vez no bastan, tal vez debería…” –expone en la página 157. La autora también ejerce la crítica literaria: “nunca han visto a Alicia. Yo sé por qué, porque Lewis Carroll era un farsante, un adulto que no sabía nada de la infancia y se limitaba a utilizarla” –comenta en la página 151. O cuando habla de Peter Pan en las páginas 70 y siguientes o en la 168 y siguientes, planteándonos un ensayo. “Milton, en El paraíso perdido transforma la religión en poesía y la poesía en religión; con esta metamorfosis salvaguarda la libertad” –exhorta en la página 229.

Cuando leemos y comprobamos la habilidad que tiene Josefina para nombrar y personificar, comprendemos que además de narradora, es también una gran poeta con sentido del humor. “Ciprés Insomne”, “año del Algarrobo que Nunca Llora”, “Castaño Incomprendido”, “Manzano Dormilón”, “Magnolio que Huyó del Parque”… Lo que nos demuestra el espíritu juguetón de la narradora que actúa muchas veces como esos martinicos traviesos y bromistas.

“Esta novela en exceso compleja y, para colmo, semiajena” –como la define la propia autora en la página 177, tiene algo de mirada atrás, también de unas memorias sui generis. Eva-Josefina nos advierte del juego: “lo que para mí es literatura, para ella es biografía”. La autora, con un fino sentido del humor, seduce y desarma al lector. Basta con asomarse a su alegato exhortación contra el demonio de la grasa y el colesterol para comprobarlo (páginas 122 y siguientes, 188) “Parafraseando a la reina de Blancanieves, le pregunto al espejo mientras me peino: < espejito, espejito, di la verdad por favor, ¿hay alguien más tonta que yo?> Gracias a Dios no contesta” –podemos leer en la página 223. Porque como dice la autora en una entrevista: “el sentido del humor y la ironía aligeran y liberan el peso del drama”.

Las palabras anzuelo que la autora va esparciendo por el texto con un gran poder de imantación nos van seduciendo hasta dejarnos postrados ante su escritura de altos vuelos. “Reconociendo mi carácter de tiquismiquis con las palabras, caprichosa con la sintaxis y maniática de la concisión y la síntesis” –confiesa metaliterariamente la autora en la página 167. Así: “reflexión-espejo, especular, caleidoscopio, estanque o balsa de mercurio, espejo líquido, fuente de azogue…” invitan al trance. La lectura permite que uno se mueva como en una especie de plano astral “de manera que cada lector pueda creerse descubridor del secreto” –dice en la página 93.

Qué es la escritura sino un espejo que no siempre refleja a quien escribe o a quien lee, sino a todo el mundo. Es importante cazar a lazo estos “Ejemplares vivos a la luz de la luna”, porque “necesitamos la magia” de una escritora como Josefina que consigue con sus renglones hacer una metempsicosis literaria de observaciones, vivencias y reflexiones. Parafraseando una cita del propio libro podríamos decir que es una novela que “me entretiene, me fascinan sus aventuras, sus viajes por el mundo material y el mental”. Y es que de alguna manera, la literatura para Josefina ha sido un plan de huida: “la necesidad de huir para poder vivir” –leemos en la página 172. Es un libro lleno de guiños, de nombres, de juegos, de magia, de espejos… Josefina da muestras sobradas de ser una excelente retratista. Si todo el libro puede leerse como un gran retrato de época, lleno de descripciones, página a página se van alternando la prosopografía y la etopeya hasta conseguir una especie de museo de lentes y espejos, un álbum casi fotográfico de “Ejemplares vivos a la luz de la luna”. Un lugar mágico a caballo entre el grimorio y el bestiario. Es un libro para disfrutar de lo lindo, idóneo para releer, porque con cada nueva lectura el idioma de sus espejos/espejismos puede ser otro distinto. Y cuidado con los destellos/reflejos que también encandilan. Y sin desmerecer a nadie, Josefina no es una autora que trata temas por encargo, escribe lo que quiere sin pensar en los premios o en los reconocimientos, pero podría publicar en cualquier editorial por mérito propio. Es mi opinión.

Opiniones de un lector

Custodio Tejada

            Siempre hay más de lo que vemos

                                    Y más de lo que sabemos

     Sombras y reflejos


Podéis comprar el libro en la web de Editorial Amarante o en librerías.

editorialamarante.es/libros/narrativa/ejemplares-vivos-a-la-luz-de-la-luna 


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